martes, 14 de junio de 2011

En el Firmamento...4.Enfrentamiento

4. ENFRENTAMIENTO

Iones se hallaba en su trono, sentado sin moverse, marmoleo, blanco y frió, así era el trono como su pose. Apoyando su barbilla sobre su mano, miraba fijamente, sus ojos irradiaban ira. En su mente se repetía una y otra vez la imagen de la escapada de Elewen, y como había conseguido herirle en un brazo, había escapado con todas sus fuerzas de la prisión, pero lo que mas le dolía era que había conseguido avergonzarle, le había echo creer que habría sido suyo, apretó con fuerza sus puños.
El tiempo parecía que se había detenido. Los buscadores habían regresado, diciendo que era en vano seguir buscando a Elewen pues había ocultado su energía, faltaba poco para el amanecer, en ese instante su posición seria suya, pues sabia perfectamente como olía, como se movía, seguía perteneciendo a su séquito, le encontraría en segundos, y esta vez seria él quien acabaría con su vida, si no era suyo no seria de nadie y esperaba fervientemente que se hallase con ese asqueroso humano.
El aviso de un buscador de que ya era hora, hizo que Ionse se levantara rápidamente y como cual rayo cruzo la estancia, saltó desde el vórtice, la energía se arremolinaba en su cuerpo, pensó en Elewen, le sintió, en unos segundos estaría allí. La tormenta había comenzado.

En la tierra se comenzó a sentir la ira de Ionse, sin parámetros en su poder, arremolinó la energía de la tormenta sobre su cuerpo. Elewen y Tara se amarraban entre ellos, el aire azotaba los arboles arrancando ramas, y lanzando piedras y tejas de las casas mas cercanas, una espesa nube cogía forma, aproximándose a la tierra los rayos adquirieron un tono rojizo, Tara comenzó a temblar.
_ Tara , lo dejo en tus manos, eres la única que puedes contactar con él. Mírame a los ojos, nunca olvides lo que hiciste por mi, por que yo nunca lo olvidaré.
Tara se sentía algo mareada, no podía parar de estar aterrorizada por el estruendo de su alrededor.
 _ Tara, gracias por todo.
Se acercó a ella, hasta besar su frente, sus labios permanecieron varios segundos pegados a ella. Para Elewen era uno de los actos de cariño que su amado le había enseñado mas bonitos, para él era una de las cosa mas dulces que él le había echo, sentirse protegido por él.
_ Te marearas pero estarás bien.
Se separaron poco a poco, aun siguiendo en contacto, se encontraba en pleno centro de una plaza, la gente se encontraba parada, en pause.
_ Cuando te suelte, todo volverá a ponerse en su tiempo, el sonrió, espero que estés... Elewen sintió que algo tiraba de él, el dolor apreció en su cara.
_ !!Elewen¡¡. Gritó Tara, intentando agarrarle, pero este fue arrastrado bruscamente desapareciendo entre la multitud.
Todo se puso a moverse, las arcadas la vinieron a la boca al instante, todo seguía de nuevo su curso.
Elewen apareció sobre el verde campo donde segundos había desaparecido aun sentía que era tirado y sabia que se hallaba al final de esa cuerda.
Un puñetazo arremetió contra él, chocando contra el suelo. Esta vez se iba ha defender, tenia que hacer tiempo.
_ ¿Piensas que podrás escapar de mi Elewen?, no sabes lo que has echo, hubieses preferido acabar muerto bajo las manos de los gobernantes, pues yo no seré tan piadoso como ellos, eres despreciable.
Se lanzó contra Elewen, este saltó esquivándole y propinando un golpe en la sien de Ionse.
_ Piensas que no me defenderé, estas muy equivocado, nunca me has visto enfadado.
La tormenta rodeó los prados, las casas y hasta llegar al mar, relámpagos arremetían contra todo lo que había a su paso, y como dos estrellas Elewen e Ionse se enfrentaban, chocando entre si cayendo y levantándose al instante, no habría escapatoria para ninguno de los dos. 
La gente huía despavorida por al gran tormenta, el viento arrasaba todo a su paso, la lluvia arrastraba con su cauce todo lo que cubría y los rayos quemaban la paja seca y las mas altas ramas de los árboles.
Elewen lanzó una esfera de energía, chocó con Ionse que no pudo esquivarla, este arremetió con mas relámpagos, Elewen olía sus ropajes a quemado o era ya su piel, la que producía ese olor, ya no conseguía distinguir entre la piel quemada y la tela chamuscada que se le pegaba al cuerpo.
Cayó exhausto entre unas rocas del acantilado cerca de la casa de Tara, descansó un poco, hasta que Ionse le descubrió. De repente todo se volvió borroso.

                                                                 ******

Tara se sentó en uno de los bancos, nerviosa. Allí el sol irradiaba fuerte, habían pasado tres horas desde que Elewen le había dejado desapareciendo tan vertiginosamente, no había nadie esperando, no había nada fuera de lugar, seria demasiado pronto y ademas no sabia forma alguna de explicar a sus padres como había aparecido en Madrid desde la costa, sin que la llamasen loca. Aunque dijese que se cogió un tren para irse a la capital, sabía que aunque a sus 20 años, tendría que escuchar a sus padres, llamarla irracional y chica sin sentido alguno, la castigarían como a cual niña pequeña por macharse sin avisar y sin mas que con 20 miseros euros en los bolsillos. Para no reñirle, era estúpido, la verdad ahora creía que no había pensado bien el plan que le propuso Elewen, por su bien que se acordase toda su vida de ella.
Se levantó, por suerte esos veinte euros que llevaba la servirían para comprar algo de comer o tomar algo pues el calor era casi inhumano de aguantar, asique fue a por su segundo helado. El estrés la hacían comer sin parar.
Volvió a inspeccionar la zona, nada de nada. Volvió a pensar en Elewen, ¿estaría bien?
Se sentó a la sombra de un pino de la plaza, en un banco aun fresco, por la sombra, y se centró en acabar su cucurucho relleno de chocolate absorbiendo por el pico la nata que aun quedaba dentro, cuando entre las casetas de la plaza llenas de cachivaches inservibles e inciensos de todos los olores posibles, le vio.
Allí mirando a un lado y a otro, nervioso por encontrarle, era delgado, moreno, tenia un pendiente en la oreja, estaba inquieto, era mas guapo en persona y mas alto de lo que pensaba. Tara se puso tontamente nerviosa, se zampo lo que le quedaba del cucurucho de un solo bocado, añusgándose la garganta, se quitó las migas de la cara y de la camiseta, y se preparó para sentirse la chica mas tonta del mundo.
_ Ummm..Hola. El joven se giró.
_ Emm hola,¿ te conozco?.
_ No, no me conoces pero se a quien esperas. Yo vengo en nombre de Elewen, me llamo Tara. Él no ha podido venir, esto es importante, tengo que hablarte de él....
  
                                                               ******
Elewen se despertó, se hallaba colgado boca abajo, sentía el agua del mar caer de sus ropajes a su cara, se había empapado, al abrir los ojos se percató que no era agua si no su sangre. Fue cuando el dolor le comienzo a sentir.
Ionse le agarraba por sus tobillos a varios metros del suelo. Le había estado cortando lentamente la piel de las piernas, hasta que volvió a la consciencia.
_ Dime aun así protegerás a tu amado, eres tan estúpido de permanecer callado, por él. Dime que es lo que te dijo, que te amará, que quiere estar siempre contigo. Dime eres tan crédulo para creértelo. Tú mismo deberías de saber lo inconstante que son los humanos. Mira lo que te ha pasado por acercarte a ellos, será una lastima perderte, eras uno de los mas rectos y bellos. Dijo con una sonrisa sádica en su cara.
_ No me importa como acabe mi vida o cuando sea el fin de esta, no me importa si eres tú el que me mata cruelmente o sea el paso de la eternidad el que me convierta en polvo. Lo único que me ha importado era hallar la felicidad y se que amándole me ha echo saber que en el momento sea cual sea de mi muerte, he sido el ser mas afortunado del mundo pues he contado con que era la persona mas amada por él, eso es lo único que me importa.
_ Siempre has sido tan cabezota Elewen. Y de una patada le lanzó contra el suelo. _ Yo solo quería tenete, quería que fueses mio, habrías tenido todos los placeres y habrías sido el mas deseado.
_ Yo solo a lo que aspiraba era a no ser una cosa mas de alguien, si no formar parte de alguien y tu nunca sabrás que es amar, siempre te interesó poseerme nunca amarme, si lo hubieras echo me habrías dado la felicidad, costase lo que costase, eso bien lo sabe mi amado, mi niño, todo pensé...Ionse clavó sus rodillas en su espalda dejando le sin aliento, no soportaba que hablara así de ese humano.
Casi desfallecido seguía pensando que debía sobrevivir por su amado y volvió a levantarse. La tormenta había cubierto todo el cielo, la lluvia era espesa y se llevó su sangre, aun así seguía brotando a riachuelos de todas sus heridas.

                                                                   ******



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