sábado, 18 de junio de 2011

En el Firmamento...5. A tu lado


  1. A TU LADO

Tara, tragó saliva, no sabía como comenzar, sin preocupar mas al chico.
_ ¿Elewen está bien?, dime ¿Se encuentra bien? ¿Cómo es que no ha venido ? ¿No estará enfadado conmigo?
A la pregunta si estaba bien, Tara no sabia que contestar, sabia que estaba en peligro, que estaba condenado a muerte y probablemente luchando con Ionse... a si que no contestó a esa pregunta.
_ No, no está enfadado contigo, la verdad es a la uncia persona que he visto tan enamorada. Sonrió forzadamente queriendo quitar peso a la situación.
El joven se sonrojó un poco:   _ Y que es lo que el pasa, ¿se encuentra bien?
_ Elewen quiere que sepas que siente mucho no haber podido estar a tu lado cada segundo que su corazón comenzó a latir por ti, siente no poder haber aliviado tu corazón posando su cabeza en tu pecho, tranquilizando su palpito y siente no haber podido decirte tantas veces te amo como veces se puede respirar en el día. Quiere que sepas que siempre te ha amado, que siempre te amara, pe..pe..pero que siente mucho haberte echo sufrir por no haber estado allí, que la ultima vez que os visteis tuviera que marcharse sin ni siquiera despedirse con un beso, que se siente avergonzado por no haber dado todo su amor en cada momento en que apareciste en su vida., que...
_ Es que acaso no le volveré a ver mas, ¿Porqué me lo estas diciendo tú?, joder, es que no lo comprendo, por que no está él aquí, en serio, ¿Se encuentra bien?
_ Vamos a un sitio mas tranquilo, allí te lo contaré.
Tara, fue callada durante el camino, recordado cada palabra y como explicárselo claramente, sin meter la pata. Así pues cuando llegaron a una cafetería y pidieron, se sentaron y se acomodaron y tras bebe como seis sorbos de su mocca café, habló:
_ No sé como enfocarte esto, Elewen, ahora está en una disputa familiar, su...su... familia podríamos decir, parece no estar de acuerdo en la relación que mantiene, mas bien en la vida que quiere, pues está dispuesto a pasar toda la vida contigo. Ahora mismo se encuentra hablando con su padre, parece ser que, a partir de hoy será siempre tuyo.
El joven dudó en que poder decir sin saber bien que decir.
_ Entonces, está relativamente bien, pero no quiero que pase por ello solo, quiero que sepan que no está mal lo que hace, que le cuidaré que no le dejaré nunca solo, que seré su vida...
_ Ese no es el problema, es que no acepta que tú no seas como él. Tara sabia que había metido la pata, como salir de allí, y la telenovela se la vino a la mente.
_ Parece que viene de una familia de bien y generación tras generación, han guardado su herencia perfectamente y esperaban que acabase en manos de él y se dedicase enteramente y devotamente a la misma vida que ellos.
_ Nunca me contó nada de eso.
_ Ummm, es muy reservado en ese tema, lo que quiere y de ello debes estar seguro es que no ve mas vida futura en la que tú no aparezcas en ella. Tara seguía pensando que no debió mentir...las telenovelas de la tarde comenzaban afectarla, desde ese día vería Bob esponja...
_ Así que ahora se encuentra discutiendo con sus padres, por mi.
_ Por su felicidad, mas bien, por ser libre, por ser su propia guía en la vida, por tener lo que una persona busca, ser él mismo, cueste lo que cueste. Está luchando por tí...
_Y dime cuando podré estar con él...

                                                              *********

No conseguía mas que darle sin apenas fuerzas o esquivare a duras penas, no sabia como podría escapar de allí, no sabia como huir y ver a su amado, no sabia, no sabia nada, tanta eternidad para acabar como al principio, un ser vacío de sabiduría. Piensa estúpido, piensa...


Tara salió del café, el cielo se había nublado: _ Que bochorno. _ Si, aunque parece que no lloverá. Dijeron un para de chicas al lado de ellos dos. Despacio volvieron hasta la plaza, donde se encontraron.
_ Deberás esperar, como el me dijo, me quedaré contigo hasta que él llegue.
El cielo se seguía nublando y un silencio sepultar en las nubes remolinándose lentamente sobre ellos y toda la ciudad, provocaba un mal augurio y una fría sensación en el cuerpo.
Tara comenzó a preocuparse, era la hora de comer y no sabia nada de Elewen , no creyó que fuera a tardar tanto se dijo a si misma ¿Estará bien?


_ Dime Elewen, ¿este era tu esperado fin?, ¿sientes ahora como tú amor late por él?, le sientes.
Ionse amarraba por la cabeza las sienes del guardián, latían entre sus manos al mismo son que lo hacía su corazón.
_ Mírate cubierto de sangre, destrozado y llorando.
Elewen sentía su fin, no quería que acabara allí, quería huir con su amado, quería ser siempre eterno con su amor.
Las nubes se expandían, el olimpo contemplaba el fin de un guardián, el cielo lloraría la pena por la perdida de uno de los suyos, pues eran pocos.
_ Que guardan mas patético.
_ Seré patético, pero no soy tuyo, eso haría que lo fuese aún más. Y rió irónicamente.
Este era la ahora de su fin, tan lejos de su amado, si pudiese verle un solo instante mas, de dijo casi ya sin poder respirar.
Las nubes grisáceas y amarillentas lanzaron un rayo, los gritos de pánico en la plaza hicieron que saliesen despavorida la gente.
_ ¡¡Elewen!! dijo el joven muchacho, como si ese se rayo se hallase todo lo que deseaba, como si con sus palabras pudiera atrapar al rayo para que no se fuese y así encontrarse con su chico.
Ionse le vio, vio al muchacho en la mente de Elewen, por fin había conseguido que bajase als defensas para proteger al humano y con una sonrisa sádica y mirada loca, dijo dejando caer a Elewen: _ Por fin le tengo...

Tara, sentía su corazón latir tan fuertemente, que pensaba que le expulsaría en cualquier momento. Comenzó a llover intensamente, y la gente se fue ha refugiarse, cuando una imagen, sobrecogedora apareció enfrente de ello, cual siniestra figura de negro, un hombre surgió de la nada, flotando a centímetros del suelo.
_ Así que es por ti, por lo que ha dejado sus principios de lado, es penoso, no sabes lo que me divertiré viendo esto.
Agarró al muchacho por el brazo, Tara en el ultimo instante se amarró al otro brazo como si así, fuese a evitar que pudiese llevárselo. Sintió como su cuerpo era absorbido, por una inmensa fuerza y ahora ya no sabía donde se hallaba el arriba y el abajo, cerró lo ojos amarrándose al brazo del joven. Con miedo les volvió abrir. Un haz brillante se acercó hasta ellos, miró hacia el muchacho, estaba atrapado por el hombre, este no se percató de su presencia, pero aterrorizada por sus ojos rojos, se soltó desprendiéndose del brazo del joven y resbalando por su cuerpo, pudiéndose agarrar de nuevo a una de las piernas del chico.
Elewen, el haz de luz, apareció en ese instante, sobre ellos.
_ Sueltale, despreciable bestia. Un estallido de luz hizo que los cuatro se soltasen, Tara se precipito al vacío, pudo observar que se hallaba en el cielo y caía sin poderlo evitar al suelo. Gritó histéricamente. Elewen, la atrapo torpemente en el aire, cayeron al suelo. Tras varios tropiezos y tras el torpe aterrizaje, Elewen volvió a elevarse.
Ionse había atrapado de nuevo a su amado. Tara se quedó allí pasmada. Con la imagen de Elewen, repleto de heridas, quemaduras, sangre y magulladuras. ¿Dónde había quedado ese halo sobrenatural y de pureza en su piel? Tembló, sentía miedo.

El joven estaba asustado, casi aterrorizado, sin comprender nada y bajo la mirada de un ser que rezumaba odio y locura.
_ Ionse déjale no tiene nada que ver con esto, mátame a mi. Elewen jadeaba, casi no podía ni hablar.
_ Ja, ja, ja, y perderme la cara que se te pondrá al ver como pierdes a tu amado, ja, ja, ja. ¡¡Jamas!! Ademas, mejor acabar con todos que sepan de nuestra existencia.
_ Acaso no ves que no sabe nada, está aterrorizado sin comprendelo, os dije la verdad, maldito, déjale ir.
Elewen se lanzo contra él, pero rebotó. Una cortina de energía envolvía a los dos, el cielo en el centro sobre su amado e Ionse, se hallaba despejado, a su alrededor una espesa capa de nubes, cubría todo el cielo.
Se volvió acercar, hasta el limite, intentando por todos los medio entrar, pero le fue imposible, rayos caían desde arriba impidiéndole entrar, la desesperación le hacían llorar sin darse cuenta. Entonces comenzó su verdadera tortura, cuando escuchó el primer alarido de su amor.

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